Con
enorme alegría, hoy damos la bienvenida en nuestro blog a un bloguero de
excepción, el profesor José Fariña Tojo.
José
Fariña Tojo es Catedrático de Universidad en el Departamento de Urbanística y
Ordenación del Territorio de la Universidad
Politécnica de Madrid. Como una herramienta más de su labor
docente, desde el año 2007 comparte sus conocimientos en la red a través de su
propio blog, el cual es toda una referencia en materia de urbanismo, territorio
y paisaje:
El
profesor Fariña ha respondido con una amabilidad y presteza encomiables a
nuestras preguntas, demostrando con actos que sus alumnos tienen prioridad
absoluta sobre otros asuntos y que su trabajo, además de una obligación, es su
gran pasión.
1.-Consejos
para sacar adelante un blog con éxito.
¿Qué es éxito? ¿Qué te lean millones de personas? Escribir sobre
Esperanza Aguirre cometiendo infracciones de tráfico seguro que garantiza ese
éxito de número de lectores. Lo primero que hay que plantearse es el objetivo a
conseguir. Si es de difusión pues claro que interesa que lo lea mucha gente.
Pero también depende de la difusión entre quiénes. Si interesa que lo lean profesionales
del paisajismo, entonces no será lo mismo si lo que se pretende es que lo lean
clientes. En mi caso es que lo lean los alumnos. Además, determinados alumnos.
Es más, no sólo hago un blog para que lo lean los alumnos, sino para que
aprendan. Y esto ya es mucho más complicado porque los procesos de enseñanza
suelen requerir esfuerzo, tanto por parte del que enseña como del que se supone
que aprende. Entonces hay que realizar un complicado equilibrio entre la
necesaria profundidad de la materia y que el lector no huya despavorido después
de cinco renglones. Por tanto: tener claro el objetivo a conseguir y, luego,
poner los medios (así dicho parece una tontería, pero si lo piensas no es tan
tonto).
2.-¿Qué
le ha enseñado la docencia?
A relacionarme con los jóvenes y a mirar hacia el futuro, porque
los jóvenes son el futuro. Para conocer lo que vendrá, la mejor plataforma es
la docencia. Lo haría sin que me pagaran, si pudiera vivir sin cobrar, claro.
Me he dedicado a la arquitectura, al urbanismo, trabajando como asalariado en
una empresa, he sido arquitecto municipal, he tenido mi propio estudio de
arquitectura, he creado mi propia empresa de planeamiento y sido docente. Con
lo único que me he sentido de verdad realizado ha sido con esto último. Poco a
poco he ido dejando todo lo demás y ahora sólo investigo y doy clase. Me da
vergüenza decirlo en estos momentos en los que tanta gente tiene problemas de
trabajo, pero soy una persona privilegiada porque me dedico a lo que me gusta.
Mi hobby es mi trabajo. Además todos los que nos dedicamos a la enseñanza lo
tenemos claro: la mejor forma de aprender es enseñar. Y cualquier persona (a
menos que esté muerta) necesita aprender constantemente. Es decir, que la
docencia me ha enseñado a aprender.
3.-Por
favor, háblenos un poco sobre sus inicios investigadores y sobre su Tesis
Doctoral acerca de la aldea rural gallega.
Podría hablar horas pero no es el caso. La aldea gallega fue a
lo largo de muchos años una de las formas de asentamiento rural más perfectas
al haber una relación casi mística entre el territorio y el grupo humano que lo
habitaba. Todas estas cosas de las que ahora se habla tales como
sostenibilidad, resiliencia, etc., tenían en ella su ejemplo perfecto. Digo
“fue” porque no es el caso de la aldea actual. La aldea “rural” respondía a un
modo de vida muy específico. La actual aldea (a la que me niego a calificar de
rural más que en algunos casos muy puntuales) gallega pretende que las formas
de vida urbana puedan acomodarse en unos asentamientos que estaban pensados
para otra forma de vida. Y ahí empiezan los problemas. Problemas muy
complicados y que van a requerir de toda la inventiva de los gallegos para
solucionarlos.
4.-En
una entrada de su blog, mencionaba a su amiga Esther Prada asegurando que ella
se mantenía "fiel a sus amores", pues bien, ¿por qué dejó aparcado el
estudio del rural gallego después de aquella primera incursión investigadora?
Esta pregunta sí es sencilla de contestar. Porque esa aldea de
la que hice la tesis, publiqué mi primer artículo en la revista Ciudad y
Territorio que dirigía Fernando Terán, se editó mi primer libro y dí mi
primera conferencia en el Aula de Cultura Gallega del Ateneo de Madrid llamado
por Celso Emilio Ferreiro, ha cambiado. Ha cambiado tanto que me es totalmente
ajena e incomprensible. Espero conseguir algún día la financiación suficiente
para formar un equipo importante de investigadores que consiga poner al día su
funcionamiento, posibilidades y expectativas en el siglo XXI. Pero, desgraciadamente,
el momento actual no es precisamente el más idóneo para conseguir financiación
para investigación básica.
5.-Comentaba
usted en una clase que el sprawl es
un monocultivo a la par que mencionaba la necesidad de conservación de ecotopos
dentro de la ciudad. ¿Puede explicarnos un poco más sobre ello?
Estas ya son palabras mayores para responder en unas líneas.
Además son dos cosas muy diferentes. La ciudad difusa o ciudad fragmentada (el
sprawl) se caracteriza por tres cosas: bajas densidades medias, rotura del
territorio y segregación socio-espacial (que cada fragmento se dedica a una
cosa: vivienda de alto nivel, protegida, comercio, industria, vertedero,
granja, etc.). Las tres son terribles desde muchos puntos de vista pero,
básicamente, por su poca flexibilidad y capacidad de reconvertirse en otra
cosa, y por convertir el territorio natural en pseudonaturaleza. Todo esto se
resume en una expresión bastante corta: escasa resiliencia. En cambio, en la
ciudad tradicional, compacta, continua y de alta o media densidad el problema
es otro: como introducir naturaleza aunque sea pseudonaturaleza. A eso me
refiero cuando hablo de la necesidad de conservación de los ecotopos. Lo
siento, esta contestación requeriría un par de capítulos de un libro.
6.-Temas
que le preocupan actualmente en relación al paisaje.
Muchos porque la situación es preocupante. Pero siguiendo el
esquema de la pregunta anterior se podrían agrupar en dos grandes apartados. De
cómo el límite de la ciudad se ha borrado y la urbanización se ha apoderado
prácticamente de la totalidad del territorio rompiendo los ecosistemas,
degradando las áreas de naturaleza e impidiendo que estas áreas se hagan cargo
de la entropía que le sobra a las áreas más antropizadas. Y otro que agruparía
todos los temas relacionados con el paisaje urbano que, cada vez, vemos que
tienen más interés desde casi todos los puntos de vista: psicológico,
sanitario, funcional, de confort…
7.-
Profundizar lleva tiempo, ¿cómo integrar los SIG participativos y el diseño colaborativo
en un mundo que ha olvidado la noción de lentitud?
La forma actual de enfrentarse a la realidad, desvinculada del
territorio y de los sitios, pasará. Ya está pasando. El Internet deslocalizado
y global se está convirtiendo en un Internet localizado y local donde las
relaciones vuelven a ser de persona a persona y no de “ente cibernético en el
hiperespacio” a “ente cibernético en el hiperespacio”. Hemos pasado un período
de aprendizaje hasta que vamos comprendiendo que la mejor forma de que nos
manipulen es a través de la formación anónima de opinión. Porque la formación
“anónima” de opinión está ya en manos de empresas encargadas de hacerlo. Así
que la alternativa es volver a vernos. Y para vernos, “miña filla, non hai
outra que dedicarlle tempo”. De forma que, poco a poco, todo esto se hará
posible y el diseño colaborativo será una realidad.
8.-Por
último, lecturas y consejos para los futuros Arquitectos del Paisaje.
Respecto a las lecturas hay muchas recomendadas en el blog que
escribo desde el año 2007 para mis alumnos. No soy muy amigo de consejos.
Bueno, probablemente uno: mirar. Ir por las calles, por los campos, por la
naturaleza, por la vida, con los ojos muy abiertos, asombrándonos siempre de
todo lo bueno que todavía queda, para intentar no estropearlo. Por supuesto,
aquello que esté pidiendo a gritos que lo cambies, cambiadlo. Pero aseguraros
antes de que lo que hacéis no sea irreversible. Estamos en un momento crítico y
en los momentos críticos uno nunca sabe el rumbo que finalmente habrá que
seguir. Lo irreversible difícilmente admite cambiar el rumbo si el que llevamos
no es el correcto.