domingo, 17 de abril de 2016

DEFENDER LA TIERRA, HONRAR LA VIDA



El día 17 de abril es la Jornada Internacional de Luchas Campesinas y por ello creo que es una buena excusa para reflexionar sobre el importante papel que están desempeñando muchas comunidades indígenas en favor de la Tierra, el territorio y el paisaje o en general, sobre los movimientos sociales en favor de la vida y el paisaje que se están produciendo a lo largo y ancho del planeta. 

Custodiar la biodiversidad, debiera ser una prioridad para todos nosotros, sin embargo, la mayoría aún miramos para otro lado en lugar de abrir los ojos y sacar las uñas por la Tierra, nuestro hogar. Estamos "a-terrados" como decía hace poco mi paisano, el escritor Manuel Rivas, en un artículo publicado en El País Semanal con motivo del estreno de El Olivo, la nueva película de Iciar Bollaín. 

Tráiler El Olivo


Aterrados tanto por el miedo a reconocer lo insostenible como por seguir viviendo en un continuo desapego de la tierra, que en el fondo no es más que el mismo miedo: el temor a la muerte o a la falta de vida. "Somos naturaleza" me dijo una vez mi maestra Carmen, con sabia concreción. ¿Por qué entonces vivimos de espaldas a ella? Porque nos limitamos a estar en lugar de ser. 

Estoy convencida de que los pueblos indígenas y muchas campesinas y campesinos alrededor del mundo que son capaces de defender su entorno con ese coraje, a riesgo de sus propias vidas, sacan agallas de la necesidad de preservar el entorno inmediato del que dependen sus comunidades pero también de su propia condición de ser en el medio, enraizados y conscientes de que la Tierra no nos pertenece sino que nosotros pertenecemos a la Tierra.

Tráiler Hija de la Laguna


Para celebrar esta jornada de reivindicación, quiero dedicar esta entrada a dos de esas movilizaciones sociales en favor del territorio: una de escala global, La Vía Campesina, y otra de escala local, La Fundación Fragas do Mandeo.

La Vía Campesina es un movimiento internacional que agrupa a millones de campesinos y campesinas, pequeños y medianos productores, pueblos sin tierra, indígenas, migrantes y trabajadores agrícolas de todo el mundo. Defiende la agricultura sostenible a pequeña escala como un modo de promover la justicia social y la dignidad. Se opone firmemente a los agronegocios y las multinacionales que están destruyendo los pueblos y la naturaleza. La Vía Campesina comprende en torno a 164 organizaciones locales y nacionales en 73 países de África, Asia, Europa y América. En total, representa a alrededor de 200 millones de campesinos y campesinas. Es un movimiento autónomo, pluralista y multicultural, sin ninguna afiliación política, económica o de cualquier otro tipo.

Un grupo de organizaciones campesinas, mujeres y hombres, procedentes de los cuatro continentes, fundaron La Vía Campesina en 1993 en Mons, Bélgica. En aquel momento, las políticas agrícolas y la agroindustria se estaban globalizando y los campesinos necesitaban desarrollar una visión común y luchar por ella. Las organizaciones campesinas y de medianos productores también querían que se reconociese su voz y participar directamente en las decisiones que afectaban a sus vidas.

La Vía Campesina es considerada hoy en día uno de los principales actores en los debates alimentarios y agrícolas. Es escuchada por instituciones como la FAO y el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, y goza de un gran reconocimiento entre otros movimientos sociales desde el nivel local al nivel global.
   
La Vía Campesina se fundamenta en un fuerte sentido de unidad y solidaridad entre pequeños y medianos productores agrícolas procedentes del Norte y del Sur. El principal objetivo del movimiento es hacer realidad la soberanía alimentaria y detener el destructivo proceso neoliberal. Se basa en la convicción de que las campesinas y los campesinos, incluyendo a los pequeños pescadores, pastores y pueblos indígenas, que constituyen casi la mitad de la población mundial, son capaces de producir alimentos para sus comunidades y alimentar al mundo de forma sana y sostenible.

Las mujeres juegan un papel fundamental en el trabajo de La Vía Campesina. Según la FAO, las mujeres producen el 70% de los alimentos mundiales pero están marginadas y oprimidas por el neoliberalismo y el patriarcado. El movimiento defiende los derechos de las mujeres y la igualdad de género a todos los niveles y lucha contra todas las formas de violencia hacia ellas.

 Fuente imagen: http://viacampesina.org/es/

La Vía Campesina


La Vía Campesina lanzó la idea de “Soberanía Alimentaria” en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996. La soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos a alimentos sanos y culturalmente adecuados, producidos mediante métodos sostenibles, así como su derecho a definir sus propios sistemas agrícolas y alimentarios. Desarrolla un modelo de producción campesina sostenible que favorece a las comunidades y su medio ambiente. Sitúa las aspiraciones, necesidades y formas de vida de aquellos que producen, distribuyen y consumen los alimentos en el centro de los sistemas alimentarios y de las políticas alimentarias, por delante de las demandas de mercados y empresas.

La soberanía alimentaria da prioridad a la producción y consumo local de alimentos. Proporciona a un país el derecho de proteger a sus productores locales de las importaciones baratas y controlar la producción. Garantiza que los derechos de uso y gestión de tierras, territorios, agua, semillas, ganado y biodiversidad estén en manos de quien produce alimentos y no del sector empresarial. Así, la implementación de una auténtica reforma agraria constituye una de las prioridades del movimiento campesino.

La soberanía alimentaria se presenta hoy en día como una de las repuestas más potentes a las actuales crisis alimentaria, de pobreza y climática. 

Alimentos de las Mariñas Coruñesas


Pero no sólo los campesinos y campesinas están organizándose, también la población de las ciudades -y su área de influencia- o que no trabaja y vive directamente de la agricultura está empezando a despertar. Sirva como ejemplo la admirable labor llevada a cabo por la Fundación Fragas do Mandeo en Galicia. 

Fragas do Mandeo es una entidad no gubernamental (ONG) y no lucrativa (ONL) de carácter fundacional. Su objetivo es crear un fondo de conservación de la naturaleza en la comarca de As Mariñas, en la provincia de A Coruña, que permita comprar fincas de interés natural para la protección de hábitats prioritarios. Con ello pretenden cuidar del paisaje autóctono y de los bosques ("as fragas" especialmente), asegurando un futuro para las especies de animales y plantas que conforman la biodiversidad de estos ecosistemas.

¿Dónde actúa Fragas do Mandeo?


La iniciativa nació de un grupo de personas asentadas en esta comarca de As Mariñas que, preocupadas por el medio ambiente, consideraron que la Red Natura no estaba siendo una fórmula efectiva para la conservación de la naturaleza en Galicia. La Red Natura, creada a instancias de la Unión Europea, no tuvo en cuenta las especiales circunstancias del territorio gallego, con fincas pequeñas y población muy dispersa, que impiden alcanzar los objetivos de protección de los hábitats más representativos. Por ello, buscaron una nueva estrategia: la custodia del territorio.

La custodia del territorio es una fórmula de conservación del patrimonio natural y cultural empleada con éxito en numerosos países. Está contemplada en la Ley de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, que reconoce su importancia y la promueve como una manera de que las entidades privadas, tales como asociaciones o fundaciones, participen en la preservación de los espacios naturales.

Con estas premisas y con una dotación inicial consistente en dos fincas y un montante económico se fundó, en el año 2010, la Fundación Fragas do Mandeo.

Los fondos económicos recaudados gracias a los colaboradores, benefactores y amigos se destinan casi íntegramente a la adquisición de fincas y montes con fines de conservación. Estas propiedades pasan a ser parte de su dotación, por lo que siempre se tendrán que destinar a ese fin. No podrán ser vendidas con otro objetivo, incluso en el caso de extinción de la entidad. Fragas do Mandeo está gestionada por un patronato y por varios colaboradores. Procedentes de distintos sectores sociales, unos y otros trabajan de forma gratuita, dedicando su tiempo libre y aplicando sus conocimientos profesionales para alcanzar la máxima eficiencia. Además cuentan con el asesoramiento de destacados especialistas en medio ambiente y de asociaciones conservacionistas que conocen bien la cuenca del río Mandeo y de los demás ríos que riegan esta zona de la provincia de A Coruña.

Fundación Fragas do Mandeo


Sirva este día de reflexión y denuncia para estrechar los muy necesarios lazos campo-ciudad y sirvan estos dos movimientos sociales como ejemplos de lucha y compromiso por un mundo más justo y respetuoso con todas las formas de vida. 
Feliz domingo.